Después de Descubri-miento de América nos proponemos acercarnos a los
pueblos originarios de nuestro continente para conocer su manera de
relacionarse con la Madre Tierra. Es que Pachamama es más que una
palabra o una idea: es un conocimiento cariñoso para compartir y habitar
la Gran Casa que cada día nos alimenta y da sustento, y cada noche nos
permite dormir y soñar. Una comprensión de la naturaleza de la que
podemos aprender y, en la medida de lo posible, impedir el saqueo y
destrucción de los recursos naturales que el capitalismo depredador
genera a su paso.
Los que buscan vida en el espacio se olvidan de que los humanos no
estamos solos. De tanto mirar por el telescopio a las estrellas no
advierten que aquí abajo existen otras formas de vida y de
estar-en-el-mundo. Compartimos el planeta con otros animales, con
vegetales, con el agua, la tierra y el aire, donde nadie es más que
nadie porque todos "estamos prestados los unos a los otros", como dicen
los náhuatl de México. Lo que cada uno hace afecta a los demás seres del
planeta. Hay quien asegura que la caída de la hoja de un árbol
estremece a todo el bosque. Y tiene razón... ¿Sabés por qué? Porque todo
está relacionado, conectado entre sí, como si fuéramos miembros de una
red gigante, de un gran organismo que nos protege y al que debemos
cuidar.
En estas páginas te invitamos a un viaje sorprendente alrededor de la
comprensión del Buen Vivir que practicaban los pueblos originarios para
habitar nuestra única casa: la Pachamama.
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