Con efectivos mal equipados, mal pagados y, sobre todo, mal reclutados y peor instruidos, La Bonaerense convirtió algunas de sus taras en parte de su sistema de sobrevivencia: capitalistas de juego y comerciantes irregulares que trabajan desde hace décadas en sociedad forzada con las comisarias, pagando un canon para seguir existiendo. Todos los poderes de la sociedad consienten, por aquello de la crónica escasez de recursos y de la no menos crónica corruptela del poder político, que siempre supo sacar provecho. Fondos para bolsillos particulares y campañas electorales, complicidad en los propios negocios turbios, mano de obra disponible, son razones de peso. El lugar de subordinación que ocupa la Policía dentro de los poderes del Estado torna imposible creer en su autonomía delictiva; ésos son, en todo caso, los verdaderos ejemplos aislados. Punteros barriales, concejales, diputados, gobernadores, son sus mandantes o protectores, según cargos y capacidad de acción. Detrás de todo gran policía corrupto siempre hay un gran político.
NOVEDADES
-
"FESTIVAL - LUNA DEL TAQUEÑO"
Valor de la Entrada: $ 300
"FIESTA DEL CHORIPAN"
" JINETEADA EN LA LAGUNA" ...

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nos gustaría mucho saber que opinas de este libro. Gracias