En un contexto en crisis emocional donde las pulsiones internas desencadenan desbordes de variada índole, nuestros niños transitan estados anímicos de ambivalencia casi permanentes, en su grupo familiar, en el barrio en el que habitan y esto se traslada al ámbito escolar.
Es por eloo que, como parte de ese grupo de referencia: "abuela, vecina y poeta", deci´di seguir abriendo "el semillero".
Acercándome a ellos a observar, descubrir, compartir estados afectivos y darles expresión desde lo poético: Mi mente piensa, mi corazón siente, mi cuerpo habla... Me manifiesto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nos gustaría mucho saber que opinas de este libro. Gracias