Federico Nietzsche - Páginas escogidas

Estas páginas están seleccionadas a manera de introducción a la obra de Nietzsche. Lo que se busca es obtener una visión de conjunto, una mirada por el bosque; para quién quiera, más tarde, conocer todos los árboles que se encuentran en la obra y la vida de Nietzsche, éstas, indisolublemente ligadas entre sí. Hubo un criterio preponderante. Poner a resguardo, Nietzsche mediante, con sus mismas palabras, del mal uso a que pareció estar condenada la obra de Nietzsche al atribuírsele concomitancia con las ideas nazis o hitlerianas o con cualquier otra idea racista o imperialista. De Nietzsche se han escrito ya innumerables tratados, artículos, etc. Están divididos los campos de los que opinan enteramente a su favor o enteramente en su contra; y, en uno y otro, frecuentemente se ve alineados y mezclados a los seres más contradictorios, a las teorías más opuestas, a los partidarios de las ideologías más irreconciliables. Es que Nietzsche no se propuso nunca fundar un sistema: se propuso un llamado al hombre a reencontrarse con la tierra, con la vida misma, por encima de los de su época y su propio nihilismo. El pensamiento de Nietzsche, tal como se verá en estas páginas, apunto en todas las direcciones en un sentido crítico, hasta llegar a remover todos los valores: la moral, la religión, el arte, la ética, etc. No se podría hablar de Nietzsche si no se menciona su estilo hecho de una poesía vital y su fabuloso dominio del lenguaje, que es lo que lo coloca entre los más grandes escritores de todas las épocas. Por último, rememoremos un párrafo de «El hombre rebelde» cap. «Nietzsche» de Albert Camus: «. . .Nietzsche es, desde luego, lo que reconocía ser: la conciencia más aguda del nihilismo. El paso decisivo que hace dar al espíritu de rebelión consistente en hacerlo saltar de la negación de lo ideal a la secularización de lo ideal. Puesto que el mundo no tiene dirección, el hombre, desde el momento en que lo acepta, debe darle una, que lleva a una humanidad superior. Puesto que la salvación del hombre no está en Dios debe estar en la tierra. Nietzsche reivindicaba la dirección del provenir humano. 'Se acerca el tiempo en que habrá que luchar por la dominación de la tierra y esa lucha se hará en nombre de los principios filosóficos'. Anunciaba así el siglo XX. . .».